DOCEJO
* Invención de Raúl Torres. Tiene una sola ala y un ojo; su cabeza acaba en unos labios humanos en vez de pico; se alimenta de telas de araña y bebe solo agua del Júcar. En primavera y en verano anida bajo las tozas de los pinos. Su excremento es bueno para secar heridas hechas con madera de pino. En algunas noches de agosto se le puede descubrir con cierta sonrisa en su boca humana, escuchando a los contertulios de las hoces. Es muy amante de la música, elige siempre el mismo tejado para escuchar los conciertos del parque de San Julián, suele ser el del antiguo Hotel Iberia. Allí permanece somnoliento hasta altas horas de la madrugada, lanzando grandes eructos para despertar a las gentes.
En el paraje de las Lagunas, anduvo el Caballero de la Hoz, el romántico e invisible caballero conquense que pastoreaba cabrichochos, docejos y otros animales del todavía inédito Bestiario Conquense. (Raúl Torres.-La vuelta a Cuenca en 80 pueblos.-Pg.72)
(Del libro inédito: ENCICLOPEDIA LINGÜÍSTICO-LITERARIA DE AUTORES CONQUENSES: Copyright © Juan Clemente Gómez)
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