Cultura

The Limboos regresa a Cuenca con un proyecto renovado y cocinado a fuego lento

The Limboos regresa a Cuenca ocho años después de su paso por la Sala Babylon. El mítico recinto de la capital se estaba marchando cuando ellos estaban dando sus primeros pasos y este viernes, a partir de las once de la noche, tendrán la oportunidad de mostrar en la Directo Cuenca cómo ha evolucionado su sonido desde entonces.

Y es que The Limboos, sin perder su esencia, afrontan la actual etapa como un nuevo renacer que se ha fraguado en los años de pandemia. “Ya veníamos pensando un poco hacia dónde tirar, habíamos sacado nuestro tercer disco y era algo que nos pedía el cuerpo”, desvela el guitarrista Sergio Alarcón, uno de los fundadores de la banda.

Esta transformación ha llegado poco a poco, “y no ha sido flor de un día, ha sido cuestión de investigar, de buscar por dónde ir y dónde no”. Este año verá la luz un nuevo disco con el resultado “y estamos muy contentos, sí que lo vemos como un nuevo comienzo, sin renegar de lo que habíamos hecho hasta ahora”, subraya el músico.

Tomando siempre como ejes el rock’n roll y la música negra, The Limboos amplía en esta nueva etapa su espectro sonoro. “Ahora nos metemos más en la psicodelia, en los sesenta y los setenta, en bandas sonoras como las de Morricone, gente como Scott Walker o Serge Gainsbourg, que es un artista que hemos estado escuchando mucho”, explica Alarcón.

The Limboos avanza, pero lo hace mirando también hacia atrás. “Al final gente como Rosalía lo que está haciendo también es revisionar lo que se ha hecho para darle una nueva pátina; salvando las distancias, quizás es lo que estamos tratando, coger ese background musical que hemos escuchado y que nos encanta para darle la vuelta”, apunta el guitarrista, que también señala el Tranquility Base de los Arctic Monkeys como uno de los discos que han influenciado a The Limboos en estos últimos tiempos: “No éramos seguidores de esta banda, que siempre había sido la punta de lanza del rock indie, pero ese disco nos sorprendió, porque vimos que sonaba setentero, pero con mucha clase. Es una referencia que hemos tenido presente de cómo hacer temas superclásicos pero trayéndolos a 2023”.

Para llegar a este punto, han tenido que despojarse de algunos corsés y prejuicios “porque al final te das cuenta de que, cuando más liberado te sientes a la hora de trabajar una canción puedes ir a sitios más interesantes. ¡Tampoco nos hemos vuelto Manu Chao!”, bromea Alarcón, que no obstante sí que cree que han llegado a un punto muy personal que a él le encanta “porque el primer fan de tu música tienes que ser tú mismo”.

Lo que sí garantizan The Limboos es que el disco, con nueve canciones, viene “bailongo”, cumpliendo con una de sus señas de identidad. “Era uno de nuestros temores al adentrarnos en psicodelias y bandas sonoras, que te pueden llevar a terrenos más oníricos; al principio sospechábamos que igual se nos estaba yendo la pinza, pero al final creo que hemos conseguido un disco bastante equilibrado, con mucha guitarra y canciones para todos los gustos.

Durante estos últimos tres años de preparación del disco The Limboos, como consecuencia de la pandemia, se ha asomado por los escenarios menos de lo que es habitual. “Es verdad que en 2020 y 2021 muchos sectores recuperaron la actividad laboral, pero yo creo que en el sector de la música y las artes escénicas. Nosotros hemos tocado mucho y tenemos cierta capacidad de generar público, pero tampoco somos lo que se dice un gran grupo, así que para nosotros ha sido una ardua tarea, porque pasamos de estar haciendo a lo mejor 40, 50 o 60 conciertos al año a hacer cuatro o cinco”, explica Alarcón, que señala también como lado positivo que “hemos hecho estado dos años trabajando en las canciones, algo que no habíamos hecho nunca, siempre eran grabaciones más rápidas, de dos o tres meses. Ha sido más cocina de abuela, de dejar la olla haciendo ‘chup, chup’ a fuego lento”.

Ahora están volviendo a las tablas y lo hacen como una fiera que ha salido de la jaula. “Hemos empezado en abril y, a pesar de que sí que notamos que está siendo complicado general público, porque antes había una dinámica de salir e ir a conciertos, estamos como un león en libertad””, advierte el guitarrista de The Limboos, que un llamamiento a apoyar la música en salas “porque sin ellas no habrá grupos emergentes y al final tampoco habrá festivales”.

Para terminar, Alarcón invita tanto a quienes conocen a esta banda como a quienes no a acercarse a la Sala Directo Cuenca, donde van a sonar algunas de las nuevas canciones “porque este renacer musical refleja este momento en el que estamos; quienes ya nos han visto ya verán que ahora somos mejores y quienes solo nos han escuchado se darán cuenta de que en vivo la cosa mejora por diez”.

Las entradas anticipadas se pueden adquirir en este enlace.