Semana Santa

Caluroso Jueves Santo de Paz y Caridad

Paz y Caridad es la procesión que comienza en la cuna de Cuenca, junto al río que hace lo que puede para refrescar a los nazarenos en un día gobernado con mano de hierro por el calor. Se suele decir que el Jueves Santo de Cuenca brilla más que el sol, pero en esta ocasión el astro se esforzó en desmentir el dicho.

VIDEOCRÓNICA DE LA PROCESIÓN DE PAZ Y CARIDAD EN ESTE ENLACE

No cabía un alfiler en San Antón en el comienzo de la procesión con la salida dde la iglesia de la Virgen de la Luz. El Cristo de las Misericordias se abrió paso entre la multitud para ejercer de lazarillo en el itinerario.

A continuación empezó la participación en el desfile del Huerto de Coullaut Valera, con sus filas repletas de hermanos; y para el Jesús con la Caña, cubierto este año con una una clámide bordada en 1985 por las Esclavas del Santísimo.

El siguiente en tomar la calle fue Ecce Homo de San Gil, que en la Avenida de la Virgen de la Luz quiso tener un detalle con Sara Robles, presidenta de la Archicofradía de Paz y Caridad, ausente por lesión en el desfile de este año. La Semana Santa comparte lema con el Liverpool: nunca caminarás solo; ni siquiera cuando no puedes caminar.

Jesús Caído y la Verónica y Jesús del Puente pidieron a continuación su turno. La imagen de Capuz deslumbró en su paso por San Antón casi tanto como el sol, intruso en la procesión que hará más arduo el caminar de los nazarenos.

7- Con la salida de la Soledad del Puente, que se alza sobre una marea de capuces negros mientras suena el Himno de España, Paz y Caridad ya estaba en la calle.

Los banceros mecían a las imágenes sobre el Puente de San Antón y avanzan siguiendo el rastro de miguitas musicales que dejan las bandas. Dos de ellas, la Santa Cecilia de Almonacid del Marquesado y la asociación musical Aurelio Mascaraque de La Guardia, se estrenaron este Jueves Santo en la Semana Santa de Cuenca, melómana Pasión que nunca deja de ampliar su colección.

La procesión avanzó solemne entre calles abarrotadas de público en el Jueves Santo conquense, sobre todo en la bulliciosa Carretería. En la Plaza de la Constitución, la Soledad rindió tributo a los hermanos fallecidos depositando flores en el Monumento al Nazareno.

Tras completar su travesía por el centro de la ciudad, marcado por el sofocante calor que provocó al menos seis intervenciones sanitarias, la procesión comenzó su ascenso al Casco Antiguo. Allí la música bañó a las hermandades en la Plaza del Salvador y la estrecha calle Solera resguarda a los nazarenos de un calor que comenzaba a darse por vencido.

La calle del Peso fue el escenario de una nueva exhibición del oficio de bancero por parte de las hermandades. El Amarrado y La Caña sortearon con pericia la esquina que colecciona firmas de los banzos. Tampoco se quedó corta la la demostración del Ecce Homo de San Gil, que atravesó el canal del Casco Antiguo de dos zancadas. Gran desfile de una hermandad que ha celebrado este Jueves Santo su 75 aniversario.

Las hermandades se encaminaron por la calle Alfonso VIII, donde las bandas construyeron unos remontes melódicos para facilitar su ascenso hasta la plaza. El cortejo llegaba a la Plaza Mayor cuando el sol, rendido, se resignó a esconderse. Bajo los arcos esperaba la admiración de conquenses e invitados, reunidos para disfrutar de la entrada artística y elegante de los pasos.

La Soledad del Puente fue la última en completar la primera parte del recorrido. La virgen absorbió todo el cariño de la multitud antes de alojarse en el Palacio Episcopal, para refugiarse durante unos minutos antes de que los pasos, envueltos ya por el claro de luna, emprendan el camino de regreso hasta su cuna de San Antón en una bajada ágil e íntima, con oraciones en San Felipe y música por San Juan y Palafox.

El barrio de los alfareros recibió a la comitiva en torno a la una de la mañana, con el mismo cariño que la vio marchar unas horas antes, pero ya en una fresca noche en la que se comenzaba a asomar el sonido de tambores.

ÚLTIMAS NOTICIAS EN ENCIENDE CUENCA