Emili Sempere firma la primera gran obra sobre la historia de los ceramistas de Cuenca y su mayor exponente, Pedro Mercedes, una publicación titulada ‘La cerámica de Cuenca’, editada por la Diputación Provincial que ve la luz coincidiendo con la inauguración del centro cultural que abre sus puertas este viernes en el alfar del artesano conquense.
La Diputación de Cuenca ha sido el escenario de la presentación de este libro es el resultado de cuatro años de Emili Sempere, que a lo largo de 325 páginas, ilustradas con 210 fotografías, esboza la historia de este oficio desde la antigüedad hasta el momento actual para dar a la cerámica conquense la relevancia que merece en el panorama artístico español.
Pedro Mercedes es la figura central de este libro. La diputada de Cultura, Fátima García, destaca que el artesano “dio un prestigio a la cerámica para convertirla en artesanía en Cuenca”.
Por su parte, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cuenca y arqueólogo, Miguel Ángel Valero, explica que la vinculación de esta provincia con la cerámica comienza en la época ibérica “con grandes alfares en la zona de la Manchuela y en la Alcarria”, sigue en la época romana, en Ercávica y Noheda, con las ollerías de Alfonso VIII y fue recuperada ya en el siglo XX por Pedro Mercedes, que “aúpa a Cuenca al olimpo de la cerámica internacional”.
La cerámica conquense tiene una continuidad temporal que no se da en ningún otro sitio
Se trata de una continuidad temporal que no se da en ningún otro sitio, como subraya el investigador Emili Sempere, que confiesa que su interés por este mundo se despertó hace ya seis décadas “cuando vi por primera vez a un alfarero sentado en la rueda, entre ellos a Pedro Mercedes”.
El libro muestra hasta 83 formas de alfarería que él ha catalogado gracias a la investigación de las colecciones de sus amigos, del propio Pedro Mercedes y la suya personal. “Por primera vez vamos a mostrar la artesanía de Cuenca”, comenta el investigador.
Sempere destaca además que hacía falta una bibliografía de Pedro Mercedes “que nació en una época que no era muy buena, con la guerra de Marruecos, la gripe, la Guerra Civil Española…”. Habla la obra del fenómeno de la inmigración de la década de los 50 y la “apoteósica exposición” de Pedro Mercedes en Barcelona que le permitió dar el salto a la fama, ya que en Cuenca no tenía sitios donde exponer. “Pedro Mercedes transforma los cacharros en obras de arte”, proclama Sempere, que lo pone a la altura de todos los grandes de su época.
Dedica también unas páginas a los ceramistas que trabajan en la actualidad, como Luis del Castillo, para confirmar que aún está vivo este oficio, con unos artistas magníficos, “cuando la mayoría de los alfares se han extinguido” y da las gracias a las autoridades políticas por la recuperación del alfar “que corría el riesgo de perderse para siempre”.
En el acto de presentación del libro ha estado presente también Tomás Mercedes, hijo del alfarero, que no oculta su felicidad por cumplir al fin este anhelado proyecto de restauración del espacio de trabajo de su padre. “Es un sueño hecho realidad, hubiera sido mal hijo si no intentara continuar con ese legado artístico”, explica. José Martínez Culebras, compañero de su padre durante casi 50 años, también ha estado presente en la presentación de la publicación.
