Opinión

Reactivar el tren

Fernando Casas

El  auto del Tribunal Supremo decretando nuevamente que la línea férrea Aranjuez-Cuenca-Valencia no se puede cerrar, es una resolución judicial motivada y no un “jarro de agua fría”, como afirma el alcalde de Cuenca. Debería ser la señal para que el alcalde y la Junta, en vez sentarse a esperar la sentencia, luchen por el interés auténtico de la ciudadanía y defiendan la reactivación del ferrocarril.

Hay hechos indiscutibles, que apuntan cuál sea el interés de las personas afectadas  por el cierre del tren. En primer lugar, el recurso de los alcaldes de los pueblos por donde discurre la línea en defensa del tren. A continuación, el respaldo mayoritario de 14.616 votos, obtenidos en las elecciones municipales de la capital, por los partidos que proponían el mantenimiento del tren, como eje vertebrador de la provincia; frente a los del plan XCuenca y el  cierre de la línea que consiguieron 11.537 (3.079 votos menos). Por último, la moción solicitando al gobierno la reapertura y mejora del tren regional. Esta moción de Cuenca en Marcha, obtuvo el apoyo de la mayoría de concejales, en el pleno del Ayuntamiento de Cuenca, celebrado el 27 de julio de 2023.

Por lo tanto, considerando la acción de los alcaldes, los votos en las elecciones municipales y la moción aprobada en el pleno, lo verdaderamente democrático sería que el alcalde de Cuenca solicitara al nuevo gobierno la reapertura del ferrocarril, para defender el interés de la ciudadanía.

La petición del alcalde se vería reforzada, si el presidente de la Junta, que apuesta por el desarrollo equilibrado de las autonomías, se comprometiera también a pelear por el tren. Emiliano García-Page podría ejercer su influencia, en beneficio de Cuenca, para que el ministerio de transportes, proceda a modernizar la línea.

En las actuales circunstancias, la ocasión es propicia para que la presión de los poderes de Castilla-La Mancha tenga éxito. El ministerio de transportes está flexibilizando su postura y modificando sus políticas. Una prueba de ello es la decisión de traspasar a Cataluña trenes y recursos (335 millones de euros anuales). Con menos euros se podría mejorar el tren Aranjuez-Cuenca-Valencia.

Por todo lo expuesto, hay que confiar en que los políticos de la región, que defienden la igualdad y el desarrollo equilibrado de España, luchen por la renovación del ferrocarril. Cuenca no debe quedar atascada años, hasta que el Tribunal  Supremo dicte sentencia. Las personas que  los martes a las seis de la tarde se plantan impertérritas en la plaza de España de Cuenca, animan al alcalde a que se comprometa a reactivar el tren, para defender el interés real de Cuenca.

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