Opinión

Los complementos circunstanciales


Enfrente
está el futuro: es todo lo que os dejo.
Blas de Otero.

Los profesores de Lengua pretendemos que los alumnos sean capaces de distinguir entre las diferentes funciones sintácticas que se dan dentro de las oraciones. Así, explicamos la división básica entre sujeto y predicado, e insistimos en la concordancia que, necesariamente, se ha de dar entre los núcleos de ambos, sin olvidarnos de los diferentes sintagmas que giran en torno a ellos. Algunos de estos son complementos exigidos por el verbo y otros tienen un significado, en principio, menos relevante, pues su información hace referencia al lugar, tiempo, modo, etcétera: son los conocidos como complementos circunstanciales.

De este modo, en la oración El profesor ha desarrollado su labor como subdelegado en Cuenca durante cuatro años, los dos últimos sintagmas son los señalados como complementos circunstanciales, el primero de lugar y el segundo de tiempo. Podríamos discutir sobre la mayor o menor relevancia de ambos complementos circunstanciales, pero, en cualquier caso, hay claras diferencias entre trabajar en Madrid, en Toledo o en Cuenca, al igual que las hay entre trabajar por un periodo de cuatro años, un año o sólo unos meses.

Y es que eso es lo que realmente ha sucedido en mi vida profesional: que he trabajado durante cuatro años de una manera intensa en la subdelegación del Gobierno en Cuenca. Y que esas circunstancias, en principio poco relevantes, esos complementos circunstanciales de lugar y de tiempo han marcado mi trayectoria vital y profesional. Aquí he desarrollado mi labor como máximo representante en la provincia del gobierno de la nación. Como decía el poeta, aquí he andado muchos caminos y he navegado en cien mares, aquí he conocido a muchas personas no sólo de Cuenca, sino también de los diferentes pueblos de la provincia, de otras provincias y de otras comunidades autónomas. También he conocido a muchos responsables de entidades públicas y privadas, a profesionales de diferentes ámbitos, a ciudadanos que se han acercado para compartir sus problemas y sus inquietudes, y a funcionarios con un alto sentido del deber y grandes profesionales en su materia. De todos he aprendido más de lo que ellos suponen; he aprendido también a valorar más, si cabe, el valor de la ética y de la moral, así como las relaciones con los diferentes integrantes de la vida social, de las empresas, de los medios de comunicación y también de la vida local, provincial y regional.

Definitivamente, este periodo de cuatro años en la subdelegación del gobierno en Cuenca, no ha sido para mí algo de menor relevancia, sino que estos complementos circunstanciales de lugar y de tiempo han dejado en mí una huella y unos recuerdos indelebles. Aprovecho esta ocasión para mostrar mi sincero agradecimiento a todos los que habéis compartido conmigo, de una manera u otra, esta etapa en la travesía de la vida, en este río que nos lleva, como sentenciaba Jorge Manrique.

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