Borja González, el primer bebé nacido en el Hospital Universitario de Cuenca e Irene Romeral, la recién nacida que cerró el Virgen de la Luz

Borja González Blanco ha sido el primer bebé nacido en el Hospital Universitario de Cuenca ayer, 13 de diciembre de 2025, a las 12,25 horas de la mañana; mientras que Irene Romeral Torrijos, fue la última recién nacida en los paritorios del Hospital Virgen de la Luz, a las 11,35 de la mañana.

Dos preciosos bebés que, junto con sus padres, han hecho historia en la sanidad conquense y han protagonizado la jornada en la que se activaba al completo el nuevo Hospital Universitario de Cuenca y comenzaba el operativo para el traslado de los pacientes ingresados.

Marta Blanco y Gilberto González, vecinos de Minglanilla, no imaginaban cuando ingresaron en el “Virgen de la Luz” a las 9 de la noche del jueves, 12 de diciembre, que Borja quería estrenar el HUCU. Marta salía de cuentas ayer mismo y a primera hora de la mañana se tomó la decisión de trasladarles para que diera a luz en el Hospital Universitario.

“Nos trajeron en UVI. Vinimos con todo el equipo. Nos sentimos muy acompañados y todo fue fenomenal”, comenta Marta que, junto con su marido, afirman sentirse muy ilusionados porque su hijo haya sido el primer niño nacido en el Hospital Universitario.

“Todo fue muy rápido, llegamos enseguida y aquí nos estaban esperando. Todo el equipo se merece un diez. Va a ser un recuerdo para toda la vida. Además yo había venido con la Asociación ASPAS a visitar las obras y me ha hecho especial ilusión”, comenta Marta que está deseando que Borja, que pesó 3,340 gramos y midió 50,5 cm., conozca a su hermanita, Adriana, de cinco años, que también tiene su historia porque nació en plena pandemia.

También para Soledad Torrijos y Julián Romeral, de la localidad conquense de Fuente de Pedro Naharro, va a ser un recuerdo inolvidable que su hija, Irene, haya sido el último bebé que nació ayer en el Hospital Virgen de la Luz de Cuenca.

Peso 3,170 gramos y midió 50 centímetros y no quiso esperar. A las 11,35 horas se produjo el alumbramiento.

“Todos los médicos, matronas, enfermeras estuvieron a nuestro lado. Fue muy emocionante también para ellos porque fue su último parto en el “Virgen de la Luz”. Nos sentimos muy arropados y luego nos trasladaron a ella en la UVI móvil y nosotros detrás en la ambulancia y escoltadas por la policía”, comenta Soledad que también está deseando que Irene conozca a su hermanito Julián de tres años y medio. “Es emocionante porque ha cerrado una etapa en el Virgen de la Luz y eso será siempre un bonito recuerdo” dice un ilusionado y radiante papá.

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