Opinión

El acoso escolar (y 3)

Ampliando información a mis anteriores artículos de opinión sobre el acoso escolar y contemplando los procesos del acoso en su totalidad, se refleja en los incidentes críticos o desencadenantes del proceso instigador, comenzando casi siempre de manera repentina CON UN CAMBIO BRUSCO entre la relación del niño/a acosador/a y el niño/a que, a partir de entonces se va a convertir en el objeto de ácido. La relación hasta entonces neutra o incluso positiva, se torna negativa. El incidendente desencadenante genera un efecto de señal o llamada de acoso. Suele ser algo que le permite al instigador iniciar un proceso acusatorio, lo que puede ir agregando poco a poco a los demás niños/as, a la pandilla que hostiga, margina, agrede o excluye a la víctima.

Un cambio tan repentino e inexplicable en una relación hasta entonces positiva puede venir motivada, por ejemplo, por los celos, la envidia o la competitividad. Y estas situaciones favorecedores que las víctimas presentan funcionan como rasgos preferenciales de selección victimaria. La obtención de buenos resultados académicos, el ser popular o el éxito social pueden ser desencadenantes. Frecuentemente los niños/as de altas capacidades intelectuales o agraciados físicamente pueden recibir acoso de sus compañeros/as. 

También suele ser víctima de acoso el niño que supone alguna amenaza por alguna razón, quien por sus dotes amenaza el liderazgo de otro que a partir de ahí va a por él/ella.

A veces en medio de la desintegración h el caos procedente de la falta de disciplina en las aulas, algunos profesores generan un verdadero chico expiatorio señalando a uno de los niño/as sobre el que luego el resto de los compañeros se cebarán. En este caso, el profesor puede ganarse a los demás alumnos mediante la creación de un chico expiatorio al que ridiculizar poniéndole un mote. En estos casos suelen ser elegidos niños con muy pocas probabilidades de hacer frente al acoso que reciben. Suelen ser niños/as retraídos socialmente o que atraviesan situaciones personales o familiares que les hacen estar en situación de especial indefensión psicológica frente a quienes les quieren ridiculizar, chantajear o agredir. Suelen ser candidatos a este tipo de acoso los niños/as que se incorporan más tarde a los grupos por alguna razón ( lus recién llegados al aula o al centro).

A veces el desencadenante al proceso de acoso escolar contra un alumno/a es un suceso trivial que ha ocurrido de manera fortuita, como haber cometido un error, haberse dejado marcar un gol crucial haciendo perder al equipo de fútbol, haberse orinado encima, haber sacado unas notas académicas especialmente bajas, haber cometido un error, especialmente significativo y relevante socialmente.

Todas estás posibilidades significan un efecto de señal que no resultaría trascendente a no ser que se produjeran dos factores que inician una fase:  LA IMPUNIDAD DE LOS AGRESORES Y LA SATANIZACIÓN ( atribuir a alguien un carácter perverso) de la víctima, que es convertida así en un chivo expiatorio de su grupo de referencia. El instigador es quien facilita el tránsito de un suceso trivial o puntual( como señal) a una situación de acoso grupal sistemática y frecuente… ocasionando daños ya apuntados en anteriores artículos. Los demás niños/as pasan a ser testigos o participantes activos en el proceso de acoso, muchos de ellos por miedo a ser ellos mismos elegidos como objetivos de la violencia de grupo.

En esta situación lo más frecuente es que el niño/a que es víctima de le imputan y atribuyan en su entorno escolar incluidos los de adultos, rasgos y características que le hacen ser percibido como MERECEDOR de la violencia y acoso. Suele ser el caso en tantas denuncias de situaciones de acoso en los que LOS ADULTOS QUE DEBERÍAN PROCEDER A EVALUAR LA SITUACIÓN Y PONER REMEDIO INMEDIATO, protegiendo a la víctima, prefieren satanizar la atribuyéndole toda suerte de estigmas psicológicos, sociales y familiares que le hacen responsable, cuando no merecedora de lo que está ocurriendo.

EN DEMASIADAS OCASIONES se intenta encontrar la causa del acoso al niño/a que es víctima de él, produciéndose el demoledor fenómeno de LA VICTIMIZACIÓN SECUNDARIA: se le saca de clase para visitar al psicólogo, se le señala ante sus padres o demás compañeros como un ” niño difícil”, insociable, agresivo, depresivo, hiperactivo y neurótico, que presenta necesidades educativas especiales, que carece de habilidades sociales, que le falta asertividad ( ” le agreden por no saber defenderse”), etc. 

Se instruye el caso de violencia escolar contra el niño( no contra los agresores) con cargo de lo que el niño/a es y no con cargo a la verificación de la conducta de acoso y violencia que recibe en su entorno escolar a manos de sus compañeros.

El resultado de todos estos errores suele ser el mayúsculo despropósito de presentar el efecto del problema del acoso escolar( los daños generados en el niño) como la causa de éste. Invirtiendo la causalidad se produce LA VICTIMIZACIÓN SECUNDARIA y se evita la protección del niño victimizado, enviando el mensaje explícito o tácito de lo que anda mal es algo dentro de él.

Otro efecto habitual procedente de un enfoque erróneo y victimizado de los casos de acoso es el siguiente:  AL NO INTERVENIR EL CENTRO EDUCATIVO procediendo a la efectiva e inmediata protección de la víctima, ésta termina generando INDEFENSIÓN, al constatar una y otra vez como quedan IMPUNES los acosadores y se repiten los comportamientos de acoso y violencia contra ella. Todo ello constituye un proceso que termina por señalar, marcar o estigmatizar a la víctima, la cual queda marginada y aislada socialmente.

Frente a este problema existe una sólida y formada Asociación Española para la Prevención de Acoso Escolar A.E.P.A.E que trabaja desde hace 20 años, si bien reconocen que no hay soluciones mágicas, pues son conscientes que las situaciones de maltrato existirán siempre en todos los centros educativos, si bien la manera de prevenir, detectar e intervenir en tiempo y forma MARCA LA DIFERENCIA. Reflejan en dicha asociación que su Plan es viable…..pero el problema es que no hay presupuesto, empleándose éste en otras cuestiones. Apuntan que el acoso escolar no es sólo un problema educativo, sino también de políticas sociales, de familia e igualdad, por lo que una pequeña parte de cada una de estas áreas se pueden destinar a generar UN CAMBIO DE PARADIGMA…. URGENTE Y NECESARIO. Lectores del periódico digital.  Atentos al dato. Con sus actuaciones de la Asociación mencionada ESTAN PREVINIENDO LA XENOFOBIA, LA HOMOFOBIA, LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y EL NO RESPETO A LA DIVERSIDAD FUNCIONAL, ya que éstas circunstancias se encuentran muchas veces el desarrollo proceso acoso escolar. Y no menos importante, interviniendo en la prevención en salud mental y prevención del Suicidio, ya que el acoso escolar es su principal causa en la infancia y adolescencia. El evitar el sufrimiento en las víctimas y sus familiares no tiene precio.

¿ Cuál es la situación real de acoso escolar en España ?.  En Europa, España es donde el acoso escolar es donde más incidencia tiene; el tercero del mundo, después de México y Estados Unidos.  

La verdad del acoso escolar, refleja dicha Asociación, es después de 20 años de trabajo, los responsables educativos no están comprometidos en la prevención del acoso escolar y, el sistema es un fraude que se protege a sí mismo; existe negación institucional y dejación de funciones enla guardia y custodia de menores. LA PREVENCION NO ES SUFICIENTE SI NO HAY DETECCIÓN TEMPRANA E INTERVENCIÓN…y así, seguirá ocurriendo suicidios, y se generarán sufrimientos insoportables.

Dicha asociación es una asociación pionera en España que merece mayor conocimiento y respeto por su gran labor en prevención y asistencia en acoso escolar. 

El acoso escolar mata y puede matar. El acoso escolar es un problema de derechos humanos. Por ello hay que pararlo mucho más eficientemente . 

STOP AL ACOSO ESCOLAR.

Lee aquí el primer artículo sobre el acoso escolar.

Lee aquí el segundo de los artículos de la serie.

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