Cultura

“Para los abuelos de mi pueblo sigo siendo el nieto de ‘El cachondo’, no se acuerdan de mi nombre”

Agustín Durán, además de cómico, es músico y profesor de piano. Perteneciente a Picón (Ciudad Real), se convirtió en un fenómeno viral con sus videos con temática manchega, sobre todo en la plataforma Facebook. Aparte del escenario, tiene experiencia en otros ámbitos, por ejemplo en radio y televisión con su sección de humor en Radio Castilla-La Mancha y protagonizando el espacio Planeta Tikis Mikis en la televisión autonómica. El viernes de la semana que viene participará en el Festival de Otoño de Cuenca 2022.

-¿Cuáles fueron tus inicios en el humor?

-Yo siempre he sido un poco payaso vocacional, desde pequeño me ha gustado siempre mucho hacer reír, disfrutaba viendo como la gente se reía conmigo y bueno pues eso: el payaso de mi grupo, el payaso de mi casa y, quieras o no, mi familia pues también hemos sido todos un poco igual. De hecho, para que te hagas una idea, sabes que los pueblos la mayoría de la gente sé por motes, mi abuelo era Agustín ‘El cachondo’. Para los abuelos de mi pueblo, sigo siendo el nieto de ‘El cachondo’, no se acuerdan de mi nombre. Ha sido muy vocacional. El día dos de noviembre, se cumplen 20 años de la primera vez que hice un monólogo, que fue cuando estudiaba en la universidad en un concurso que hizo la facultad de informática, fue donde sentí el veneno, de decir tontas en un escenario.

-¿Cuándo llego el punto de inflexión en el que te tomaste la comedia como “algo más serio”?

-Hice las oposiciones en 2015 creo que fue, porque yo estudié magisterio. Fui a hacer unas oposiciones a Madrid, y me alojé en un hotel que era como la ciénaga de Shrek, entonces grabé un vídeo de la habitación y lo subí a mí Facebook a mi perfil personal, para que lo vieran mis amigos, y se hizo la viral, la gente empezó a pedirme más vídeos. Así que suspendí las oposiciones, pero empecé con los vídeos y me llamaron para actuar en muchos sitios, la verdad que le doy gracias a los miembros del tribunal que decidieron ponerme un cero, porque si hubiera aprobado no creo que hubiera tenido tiempo para los vídeos, así que gracias a esas personas tan majas y simpáticas.

-¿Cuál consideras que fue la clave de tu éxito?

-En el principio me parece que la clave fue que yo no pretendía nada más que divertir, eran de una manera, la mayoría de las veces, muy natural. Los dos primeros años de hacer vídeos, rara vez escribía lo que iba a decir. Eran todo cosas recién salidas de la cabeza a la boca, esa espontaneidad es la que yo creo que llamó la atención de la gente. Luego es cierto que cuando quieres hacer las cosas mejor, ya si que tienes que currar mucho más y escribir, estudiar, preparártelo… Pero en esa primera época fue la frescura.

-¿Cuánto de la persona hay en el personaje?

-Hay mucho. Yo soy muy así, no soy todo el rato así, pero cuando estoy con mis amigos o es el momento de divertirse, yo sigo teniendo mi colmillo. El humor consiste un poco en darle una vuelta de tuerca a las cosas, a las barbaridades o incluso acento, pero yo diría que hay un 90 por ciento de persona en el personaje, que me viene bien porque tengo que actuar poco. Soy como Antonio Resines, que solamente tiene un personaje, pues así soy yo también.

– ¿Algún video o monólogo al que le guardes especial cariño?

-Sí, fíjate, el primer videoclip que hice de la aceituna, que fue con la creación de Enrique Iglesias ‘Bailando’, fue el ‘Vareando’, fue algo que hizo que me explotarán las neuronas, porque el vídeo ya no es que hubiera recorrido nuestro país, sino que había estado por todo el mundo. Que me llamasen periódicos de Chile o de Argentina… Yo pensaba: ¿Qué hago hablando yo con esta gente? Solamente en Facebook llevaba 8 millones de reproducciones y, es para mí muy especial, no solo por la repercusión que alcanzó, sino porque es video lo hice con mis amigos, con mi familia, mi tío, en mi pueblo, con mis olivos… Yo digo siempre digo que para mí son como el vídeo de mi boda, por al final esta toda mi familia, mis amigos y es un recuerdo. Cada año que vamos a la aceituna, que vamos todos los santos años, cada vez que pasamos por el olivo de ‘Vareando’ nos falta ponerle una placa. Lo vamos a arrancar y me lo voy a llevar al patio de casa.

-¿Quiénes fueron tus referentes?

-Yo era muy raro, sigo siendo lo pero de jovencito más. Yo por ejemplo, cuando mis amigos deseaban que llegará el viernes para ir a tomarse algo fresco, yo estaba deseando que llegara para ver a Cruz y Raya o Martes y 13, quedarme en mi casa. Me gustaban mucho, y también de pequeño con mi abuelo Agustín ‘El cachondo’, veía muchas películas de José Luis López Vázquez, de Alfredo Landa, de Pajares y Esteso… Mis amigos estaban to’ flipaos con las películas de Indiana Jones, y a mí me gustaba La Vaquilla, yo quería ser Alfredo Landa, había un choque generacional ahí. Yo llegaba a medio día a mi casa, y en vez de los dibujos me ponía ‘Bienvenido Mr.Marshall’, me la sabía de memoria, pero la veía cincuenta veces. Los cómicos añejos me gustaban mucho. Con el colegio fuimos a ver el musical de ‘El diluvio que viene’ en el teatro Calderón y mis amigos estaban allí diciendo pero ¿por qué nos han traído a esta mierda?, y yo estaba encantado, estaba loco y feliz.

-¿Qué es lo más raro que has vivido en una actuación o conociendo a un fan?

-Con la gente que se te arrima es maravilloso, a mí me encanta hablar con la gente porque yo soy de los que sabe que al final todas las cosas buenas que me pasan es gracias a la gente que va a verte, la gente que comparte los vídeos. Entonces soy cercano con la gente, pero a veces llegan descolocados. Te dicen por ejemplo “eres mi fan” o “soy tu ídolo” y cosas así. Al final por mi personaje también recibo numerosas invitaciones para ir a vendimiar, a recoger aceitunas o a almorzar. La gente suele ser muy amable conmigo y es muy bonito, llevar a un pueblo o ciudad lejos de tu casa y que te traten con cariño, es muy bonito.

-¿Qué es lo que más ha cambiado en tu vida al conseguir tanto público?

-Pues no me ha cambiado mucho, hay gente que cuando me ve por Ciudad Real me dice “pero bueno, ¿Qué haces aquí?” Y yo pienso “pues como toda mi vida”. Parece que sales por ahí y ya tienes que vivir en Madrid o en Toledo. Yo sigo teniendo la misma vida, lo que más me ha cambiado la vida son mis criaturas, el mayor cambio ha sido que antes cuando iba a hacer de vientre, era mi momento Zen, y ahora, lo hago con público. Por el resto sigo siendo el mismo modorro de toda la vida.

Con la música se pueden decir muchas cosas, si no que le pregunten a Shakira cómo está poniendo a Piqué”

Agustín Durán

-¿En qué se asemejan la comedia y la música?

-Son dos mundos que te permiten expresarte de una manera distinta. Con la música se pueden decir muchas cosas, si no que se lo pregunten a Shakira cómo está poniendo al Piqué, y con la comedia igual, a través de un chiste o una parodia puedes divertir y, al mismo tiempo, reivindicar o visibilizar. Son dos herramientas potentes. Son dos grandes herramientas. A mis actuaciones voy con el piano a los riñones, me gusta que cantar y que la gente cante, utilizarla también para mis tonterías. Cuando tú dices a alguien algo con música, puedes decirle que le vas a soltar una guanta, si se lo dices con una canción puede que hasta le apetezca.

-¿En qué ámbito se siente más cómodo Agustín Durán?

-Me considero un privilegiado y disfruto mucho de todo, yo sé que este mundo es una montaña rusa y a veces te va bien, a veces te va mal… Ahora estoy en la feria, montado en los caballitos, con las fichas en el bolsillo, echo fichas y sigue dando vueltas. Pero algún día se tendrá que terminar, mientras eso se termina, te digo que donde estoy más cómodo sin duda es en el escenario. Ahí que la cosa vaya bien o mal depende en un alto porcentaje de mi, en tele o radio tu formas parte de un equipo, y hay cosas que te gustan más, cosas que te gustan menos y a veces el éxito y el fracaso parece que no dependen de ti. Yo como soy autónomo, me gusta jugármela. Se que si meto la pata solo me perjudicó a mí, y si la gente se ría es cosa mía, por eso lo que más me gusta son las actuaciones y el contacto con el público, esa instantaneidad de ver que se ríen y que funciona. No hay nada peor para mí que hacerle un monólogo a una cámara, es como echar un polvo en un ascensor, puede salir bien, pero lo más normal es que no.

-¿Proyectos futuros?

-Mi proyecto futuro es seguir divirtiéndome, porque el día que no sea así, a tomar por saco. Volveré a mis clases con mis criaturas, a enseñarles a tocar el piano. Pero bueno, en estas fechas ya estoy pensando en la creación de la aceituna, también el espectáculo con motivo de mis 20 años en los que he ido cantando por los escenarios, y haré algunas actuaciones más especiales en 5 o 6 puntos concretos de nuestra geografía. Sobre todo aquí en Ciudad Real, que entre la pandemia y que ha estado el teatro en obras… Tengo muchas ganas de actuar aquí y celebrar mis 20 años, porque yo hace 20 años tenía pelo todavía.

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