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“El monte de Los Palancares es un libro abierto para los forestales”

Diego López, José Luis Solís y Héctor Abarca firmaban hace unos días la constitución como sociedad de la consultora forestal Dendron, uno de los proyectos gestados en el Urban Forest Innovation Lab (UFIL) de Cuenca y reconocido como una de las mejores iniciativas presentadas en la segunda promoción de este  laboratorio. Los dos primeros explican en esta entrevista su experiencia formativa y las perspectivas de su negocio.

¿Cuáles son vuestros orígenes y los del proyecto?

José Luis Solís (J.L.S.): Yo vengo de Extremadura y conocí a Héctor en un programa de máster que hicimos los dos en Finlandia. Él fue quien me avisó del programa UFIL, en el que hemos estado casi un año. Diego y yo somos ingenieros forestales y Héctor es biólogo.

Diego López (D.L.): Yo entré en UFIL con otro proyecto, pero donde acababa mi idea empezaba la de ellos. Yo me dirigía más hacia la parte de agrupación de pequeños propietarios y poner en en valor el monte y ellos iban un poco en esa línea, pero implementando las nuevas tecnologías. José es piloto de drones profesional y Héctor ha trabajado mucho con algoritmos de planificación. Tras un año conviviendo y conociéndonos vimos el potencial de unirnos y que podían surgir buenas sinergias, así que decidimos agrupar los dos proyectos e ir juntos.

Sois gente que os gusta el campo.

D.L.: Yo trabajé tres años en extinción de incendios, eso te hace ver la realidad del monte en la provincia de Cuenca. Es un recurso que tenemos ahí pero no lo aprovechamos, y cuando llega un incendio lo que era un recurso se convierte en problema.

Ingeniería forestal parece una profesión que encaja bien con Cuenca.

D.L.: ¡Pero para estudiarla te tienes que ir fuera de Cuenca, es una paradoja!

¿Dónde estudiasteis vosotros?

D.L: Yo la hice en Albacete.

J.L.S: Yo  en Plasencia.

¿Por qué ocurre esto?

D.L. En Albacete implantaron primero Agrónomos y posteriormente, cuando la Universidad de Castilla-La Mancha se plantea instalar forestales, decide instalarla allí para compartir profesores.

Hay muchas oportunidades en el sector y, como no se está haciendo nada, está todo por explorar”

¿El programa UFIL puede ayudar a corregir un poco esa anomalía y que todos esos ingenieros forestales que se van a Albacete puedan seguir su formación en Cuenca?

D.L.: Yo creo que la idea con la que nace el proyecto es esa: intentar atraer ese posible talento que había huido de Cuenca y aprovechar la ola que hay de bioeconomía, economía circular sostenibilidad… El proyecto UFIL está bien, pero creo que le ha faltado una campaña de comunicación más potente para atraer a un tipo de público que a lo mejor es más difícil de alcanzar; por ejemplo, gente que hace cosas de investigación.

J.L.S: Sobre todo a nivel nacional, porque creo que es el único programa de referencia del país y no han sabido aprovechar eso. Está dentro de un marco europeo de acciones urbanas innovadoras y somos la única provincia de Cuenca que está desarrollando este proyecto. Esta es la última promoción de UFIL y otras provincias van a querer replicarlo.

D.L.: De hecho, cuando Cuenca se presenta había 200 candidaturas a nivel europeo y se lo dieron a muy pocas. Es una idea fácilmente vendible y nos lo han dado a nosotros porque el Ayuntamiento de Cuenca es uno de los primeros propietarios de superficie forestal de Europa. Cuenca es una potencia forestal, es una de las cosas que más peso le ha dado a este proyecto aquí. Hay muchas oportunidades en el sector y, como no se está haciendo nada, está todo por explorar. Lo principal es que está habiendo un cambio en la sociedad, por ejemplo con el cambio climático, que cada vez lo vemos más real, porque si al final no hay mercado al que vender, no tienes nada que hacer.

Vosotros sois de la segunda promoción de UFL. ¿Habéis podido hablar con gente de la primera? ¿Se nota una evolución en el programa?

J.S.L.: Yo creo que, en lo que se refiere al asentamiento, a la creación de la empresa y su rodaje, está la cosa pareja entre la primera promoción y la segunda. En la primera había proyectos que tenían muy buena pinta, pero no han sabido materializarse por las razones que sea. UFIL te da todas las herramientas, pero el paso verdadero es cuando te dejan solo y tienes que buscar contactos y clientes y tener un fondo de maniobra para poder seguir funcionando. Ese es el problema máximo del emprendimiento. Por otro lado, tengo la impresión de que el programa está muy bien, pero tienes que venir con una idea ya madurada y luego utilizar las herramientas que te dan para materializar lo que tienes en la cabeza. Ademas, se han dado casos de proyectos en UFIL que se han unido artificialmente y no han fraguado para nada. Lo nuestro fue una unión natural.

D.L. No se puede comparar la primera promoción con la nuestra, porque ellos se comieron todo el Covid a las dos semanas de empezar y tuvieron que hacerlo todo online. Nosotros hemos tenido la suerte de que la formación ha sido presencial al 90%, eso hace mucho. Ahora la tercera promoción la han comprimido un poquito más. Al final UFIL tiene que ser una lanzadera de gente que viene con sus ideas y el programa tiene que ayudar a definirla y pulirla. Aprender está bien, pero cuando tienes que poner mil euros de tu bolsillo solo para constituir la sociedad y luego poner otros tres mil o cuatro mil para comprar cosas… Creo que eso es lo que frena a la gente, cuando tienes que arriesgar el capital.

La formación está muy bien, porque el papel lo aguanta todo, pero luego hay que ir al mercado”

Imagino que cuando uno tiene su idea le debe costar desprenderse de ella, aunque sea para desarrollar un proyecto en común.

D.L.: Yo no tenía una idea tan definida como ellos, sí de lo que quería hacer. En UFIL te da muchas herramientas, te enseña que lo que estás haciendo es muy bonito, pero si no te lo compra nadie, no vale para nada. Te ayuda mucho a pulir la idea, sobre todo cuando entran los mentores de CEOE. Son gente que está en el día a día. La formación está muy bien, porque el papel lo aguanta todo, pero luego hay que ir al mercado y los mentores de la CEOE. Los mentores son gente profesional y son los que te dicen “esto está muy bien, ¿pero quién te va a comprar esto?”. 

¿Siempre hace falta dinero para emprender?

D.L. Ese es el problema. Igual hay proyectos muy buenos pero que necesitan una inversión muy potente al principio y no estás dispuesto a asumir el riesgo. Puedes tener un plan financiero que dice que vas a vender tanto, ¿pero y si no lo vendo? El préstamo lo tienes que pagar igual. Nosotros tenemos la suerte de que, al ser un servicio, nuestra inversión es más pequeña, pero nos hacen falta cosas, como un todoterreno pequeño. Ahora ya tenemos algo de movimiento y ya no da tanto miedo tirarse a la piscina, pero si tienes que hacer una inversión muy fuerte al principio igual sí que te lo piensas mejor.

Queremos recuperar un sector que estaba en auge hace no mucho tiempo”

¿Qué problema soluciona Dendron?

J.L.S.: Como ya ha dicho Diego, en los últimos veinte o treinta años el sector forestal de la provincia de Cuenca, y lo puedes extrapolar a toda España, ha pegado un bajón muy grande. Venimos con la idea de dinamizar el sector. Vemos una oportunidad de llegar a un niño de mercado en el que somos pioneros y queremos recuperar un sector que estaba en auge hace no mucho tiempo, utilizando nuevas tecnologías y utilizando de una manera objetiva los recursos. Todo eso acompañado de la protección de la naturaleza y el cambio climático. Queremos aumentar la rentabilidad de los propietarios forestales de la provincia de Cuenca.

D.L: En Cuenca está la problemática, extrapolable a otras ciudades, del minifundio. Al final, las parcelas se van dividiendo con las herencias, de un padre pasa a tres o cuatro hijos, y cada vez se van haciendo más pequeñas. Se trata de que esa gente se agrupe, hacerles ver que ellos solos no van a ningún lado y la solución pasa por unirse con sus vecinos en una mancomunidad de propietarios, gestionarlo todo de una manera conjunta y recibir lo que te corresponda en función de la superficie que aportas.

J.L.S.: Hay muchos propietarios que no están viviendo en el medio rural, eso es importante remarcarlo. Hay gente que ha heredado parcelas y vive en Madrid o Valencia que no sabe qué hacer con eso. Hay casos incluso en que ni saben que lo tienen.

D.L: Hay gente que va al notario y le dicen que le corresponden diez hectáreas de monte y no saben ni dónde está. Se trata de poner en valor toda esa superficie en la que actualmente no se está haciendo nada, porque es un recurso que ahora no aprovechamos y puede terminar generando un problema.

J.L.: El aprovechamiento del monte es muchísimo más antiguo que la agricultura, que data de unos diez mil años nada más. El hombre siempre ha estado aprovechando el monte. El problema es cuando el hombre no está en el medio rural y no se hace uso de esos aprovechamientos. Esa transición hay que saber gestionarla. Ahora está muy de moda en Europa, sobre todo por asociaciones conservacionistas, el tema del rewilding, que es dejarlo todo salvaje y que la naturaleza se gestione por sí misma. Sin embargo, no existen bosques de Europa que no hayan tenido detrás la mano del hombre en algún momento de la historia, puedes encontrar algunos en el sudeste asiático y África; pero si en algún momento ha habido gestión por parte del hombre, no puedes dejar de invertir en eso, se generan una serie de problemas. No queremos que se vea el sector forestal como gente que solamente vamos a cortar madera.

D.L.: Nosotros hacemos una comparativa que la propuso José un día y me gusto mucho con el médico. ¿Qué diría la gente de hace siglos si viera que hoy para curar a un tío le abrimos las tripas en una camilla? Ahora lo vemos y comprendemos que, si le están haciendo eso, será por su bien, es una operación para quitarle alguna cosa mala que tiene. En el sector forestal las cortas de madera son eso, aprovechar un recurso para permitir que haya una nueva regeneración de pinos jóvenes que vuelvan a poblar aquello. Todo aplicando una serie de criterios de conservación y sostenibilidad.

La gestión forestal está basada en el funcionamiento del bosque”

¿Cómo se hace?

J.L.S: Los árboles generan competencia entre ellos. Lo que hacemos los forestales es acelerar los procesos de la naturaleza, utilizamos técnicas miméticas de lo que hace el bosque. La gestión forestal está basada en el funcionamiento del bosque, no ponemos nada artificialmente, como ha pasado muchas veces en la agricultura, en la que hay prácticas culturales.

D.L: Tenemos resultados que respaldan la gestión forestal. El monte de Los Palancares, para los forestales, es un libro abierto. Es un monte que se lleva gestionando por el hombre 130 años, hay inventarios que indican que hay más arboles y más grandes que cuando se empezó a gestionar, y en esos 140 años se han sacado 600.000 metros cúbicos de madera. Cualquiera que escuche esa cifra debe pensar que se ha arrasado con aquello, pero Los Palancares ahora está certificado por la FSC por la biodiversidad que hay. Cortar madera es malo cuando tienes el concepto de las selvas tropicales, que se corta todo a matarrasa, no cuando se aplica una gestión forestal. En Europa todo lo que se corta, se corta con un plan. Se sabe lo que crece el monte, porque se ha estudiado, y se corta lo que crece, o menos, de tal manera que siempre te pones del lado de la seguridad. Por ejemplo, ahora se está viendo, con el cambio climático, que los árboles crecen menos, así que se están alargando los turnos de corta. Cada diez años se revisan los planes. Ahora lo que se iba a cortar en 120 años se hará en 150, porque el monte no crece tanto.

J.L.S.: Hay una ciencia detrás.

Si se aprovechan los recursos forestales al final tendrá que haber gente trabajando en el monte”

¿Cómo puede contribuir esta actividad forestal a la lucha contra la despoblación? ¿Cómo podéis ayudar desde Dendron?

D.L.: Si tu pones en valor el monte generas empleo. La  gente no se va a vivir a los pueblos si en los pueblos no hay trabajo. Si se aprovechan los recursos forestales al final tendrá que haber alguien trabajando en ese monte para hacer tareas selvícolas y los aprovechamientos propiamente dichos. Si se genera empleo al final es más fácil que la  persona que tiene que trabajar en el monte en Tragacete decida vivir allí que subir todos los días desde Cuenca. Y así se pueden mantener los servicios, porque lo que no puedes tener es un hospital para cinco personas.

J.L.S: Una de las excusas que se suele poner para no vivir en el medio rural es esa falta de servicios, pero yo creo que es más la problemática de generar economía, que es lo que liga población y hace que crezca la demanda de esos servicios. Da mucha lástima que, en pleno 2022 y en un país como España, no haya fibra en muchos lugares. 

¿En ese punto podéis echar una mano vosotros?

D.L: Nosotros podemos, a través de proyectos de Responsabilidad Social Corporativa, tratar de atraer capital privado de esas empresas que tienen una conciencia social hacia la economía rural, a través de proyectos que puedan generar puestos de trabajo. Si hay gente trabajando en el monte, vende el del bar y el de la farmacia.

¿Cómo aplica Dendron la tecnología a la gestión forestal?

J.L.S: Yo soy piloto profesional de drones y con una empresa de Suiza he hecho inspecciones en parques eólicos de Europa. Nosotros queremos utilizar los drones, pero también las imágenes satélite y la tecnología laser para mapear en 3D. Eso tiene muchas aplicaciones para el sector forestal y es una de las líneas que queremos trabajar. Y nuestro compañero Héctor hizo prácticas en un centro de investigación forestal en Solsona y estuvo trabajando con algoritmos de planificación y especialización del espacio para averiguar dónde se pueden aprovechar recursos Eso tradicionalmente se ha hecho de una manera subjetiva, con el algoritmo la queremos hacer más objetiva. Hemos creado un nuevo concepto, que es el de las propiedades forestales inteligentes (PFI). Siempre se ha hecho un enfoque tradicional de la gestión forestal y nosotros queremos aplicar esta nueva metodología.

¿Está dando resultado?

J.L.S: Es complicado, porque se trata de un algoritmo de open source y nosotros queremos crear uno específico para la zona de Cuenca y el monte mediterráneo. Es un proceso lento, lleva mucha investigación y desarrollo. Y tampoco queremos mostrar todas las cartas, queremos ir un pasito por delante.

¿Cómo contacta la gente con Dendron?

J.L.S: Principalmente estamos en Twitter, que es por donde se mueve especialmente el gestor forestal, y también en linkedin. Y luego en nuestra página web y en el vivero de empresas de Fermín Caballero.