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Los primeros datos de la vendimia en Castilla-La Mancha apuntan a una producción menor que un año normal

Los primeros datos de producción de la vendimia en Castilla-La Mancha apuntan a que está siendo “menor a la esperada”, según el balance que hacía esta semana el secretario provincial de Asaja, Manuel Torrero.

Calcula que en Castilla-La Mancha estará en torno a los 20 millones de hectolitros una cifra que sería “inferior a un año normal”. En este resultado influyen dos variantes. Por un lado, las condiciones climatológicas del mes de agosto, con temperaturas y muy altas; y, por otro, las DANA que han afectado a zonas vitivinícolas.

En la rueda de prensa en la que se anunciaba la firma del nuevo Convenio del Campo de Cuenca, Torrero comentaba también que, a pesar de la pandemia, se mantiene un perfil similar de trabajador de las campañas agrícolas: “extranjeros, con residencia en España que itinera por diferentes campañas de España, muy especializados en las labores agrícolas que se tienen que desarrollar, porque cortar el ajo no lo puede hacer cualquiera, tiene que ser alguien con experiencia acreditada, manejo de la herramienta y ciertas capacidades físicas”.

Muchos empresarios repiten, año tras año, con el mismo grupo de trabajadores”

Pedro Lucas

Pedro Lucas, secretario de Comisiones Obreras Industria en Cuenca, añade que “muchos empresarios repiten, año tras año, con el mismo grupo de trabajadores, porque es gente especializada en el corte y, al final, cuando uno cumple con el convenio colectivo y se dignifican las condiciones del trabajador, al final hay muchas cuadrillas que repiten con el mismo empresario porque han salido contentos”.

Respecto al papel de la mujer, también se repite un patrón de funcionamiento: “en las labores propias del campo predomina la presencia masculina, pero en la industria agroalimentaria predomina el sexo femenino”, señala Tornero. A su juicio, se debe a una cuestión de capacidad: “si en una empresa que produce ajo su plantilla es fundamentalmente mujeres es porque entiendo que hacen mejor su trabajo que los hombres, igual que en el campo ocurrirá lo contrario por la capacitación física que se necesita para distintas labores”.

Lucas apunta que “el trabajo en el campo requiere un esfuerzo físico mayor y en la industria de la transformación y manipulación prima una capacidad que la mujer maneja con mayor soltura que el hombre”. Comenta el sindicalista además que en las fábricas de ajo “a la mujer no se le ve las manos” de lo rápido que hacen su trabajo y que eso se debe porque muchas están o fijas y fijas-discontinuas  “y no es lo mismo empezar a pelar un año que llevar diez años. Destaca que su sindicato ha conseguido en sentencias que se reconozcan enfermedades laborales que afectan a estas trabajadores, como el túnel carpiano, que surgen por la velocidad a la que se trabaja, “porque no nos engañemos, se trabaja deprisa.











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