Autora nacida en Las Pedroñeras, Cuenca, A la edad de 12 años Teresa Pacheco ganó el primer premio en un concurso de relatos, a los que han seguido diversos premios y la publicación de una consolidada obra literaria. Recientemente recibió el primer premio de declamación en el “Espacio Miguel Delibes” de la Universidad Popular” de Alcobendas. Integrante de la organización del Festival “Poesía para Náufragos”, de celebración anual en Cuenca, y miembro de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha.
Este viernes pasado estuvo firmando ejemplares de sus libros en la LXXX Feria del Libro de Madrid ¿Cuál ha sido la experiencia de reencuentro con lectores y el panorama de los libros tras este período de crisis sanitaria?
La feria del libro de Madrid es un referente mundial de toda la literatura que se publica dentro y fuera de nuestras fronteras. Este año, había verdadera hambre e ilusión por pasear por fin entre las casetas, como quien repite un hermoso ritual y hacerse con los libros que esperábamos, a ser posible firmados por sus autores, algo importante para muchos lectores. Creo que se ha escrito mucho sobre la pandemia y para conjurarla, porque de algún modo, ha servido incluso de catarsis, tanto para escritores de siempre como para personas que no habían escrito en su vida. Para los escritores, escuchar aunque solo sea un momento, a las personas que te leen, es de una gran riqueza, aprendes y hasta llegas a conocerte mejor a través de lo que ellos interpretan de su lectura. Eso me parece mágico.
A mi pueblo, a su forma de hablar tan particular, con su riquísimo vocabulario, a su forma de sentir la amistad, su gente trabajadora y sacrificada en las duras faenas del campo, le debo todo lo que soy”
Usted nació en Las Pedroñeras, municipio del suroeste de la Provincia de Cuenca. ¿Qué ha representado el paisaje y el vínculo afectivo de la comarca de La Mancha en su quehacer literario? Siendo un lugar de trascendencia por el imaginario quijotesco ¿Qué opina sobre el papel de las escritoras castellano manchegas en la actualidad?
A mi pueblo, a su forma de hablar tan particular, con su riquísimo vocabulario, a su forma de sentir la amistad, su gente trabajadora y sacrificada en las duras faenas del campo, le debo todo lo que soy, como soy, como escribo pienso y hablo. Sobre todo esto, me construí y no cambiaría mi pueblo y sus gentes por nada del mundo. Estamos especialmente orgullosos de nuestro producto estrella, el ajo morado, el más apreciado por sus múltiples cualidades terapéuticas, científicamente demostradas. El vino también merece especial atención.
Como integrante de la Junta Directiva de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha ¿Qué papel ha desarrollado en el ámbito de la literatura actual y qué dinámicas se están realizando para el colectivo de autores y autoras de la provincia? ¿Se están implicando las instituciones de Cuenca en la difusión de las letras y de la creación literaria hoy?
Nuestra asociación es muy heterogénea en cuanto a la temática que abordamos en nuestras obras y en cuanto a los lugares de origen, que si bien somos casi todos de Castilla La Mancha, todas las provincias de la Comunidad, están representadas y muchos de sus pueblos también. Sabes como poeta y escritor, que los escritores consideramos que nunca es suficiente la atención que se nos presta, que se presta a la difusión y apoyo a la cultura en general y seguramente tenemos mucha razón. Es muy difícil poner en pie iniciativas culturales. Es todo muy complicado. En Cuenca, nos esforzamos cada año un grupo de entusiastas poetas en celebrar el Festival de Poesía para Náufragos, que ya va adquiriendo una gran relevancia nacional e incluso internacional. Nos encontramos con dificultades económicas que nos resultan difíciles de solventar empezando por el propio espacio físico donde celebrarlo, de modo especial este año, que hay que reducir el aforo. Pero nuestro coraje, hasta ahora, va venciendo. ¡Lo que no sabemos es hasta cuando! El entusiasmo no puede sustituirlo todo, por desgracia.
Cuanto más tiempo llevas escribiendo, más tentador es oscurecerse un poco”
4. En su trayectoria creativa hay poesía y narrativa, ha participado en antologías colectivas y sus obras recientes en editoriales como Amargord ponen de manifiesto una actividad literaria muy visible ¿Cuáles son las líneas de flotación de su poética en libros como “Ahora vuelvo” y “¿Cómo se dice adiós”?
Mi poética y mi narrativa en general, pretenden estar dentro de una sencillez asequible, intento que todos los lectores que abran mis libros, puedan identificarse con mis historias y mis versos, reconocer el cuerpo y el alma del escrito sin tener que preguntarse qué estoy diciendo en realidad. La realidad está a flor de página y aunque cuanto más tiempo llevas escribiendo, más tentador es “oscurecerse” un poco, me esfuerzo en no hacerlo, porque no es mi estilo ni lo que quiero ofrecer. Quiero emoción y sentimiento en lo que hago, aunque a veces me “retrate” peligrosamente.
Además de escritora, se ha desempeñado profesionalmente en el mundo del Derecho y la Enfermería, ¿Cómo se afronta desde la realidad de esos ámbitos laborales, de plena actualidad, la dedicación a la escritura? ¿Qué lugar ocupa la cultura y la literatura en el panorama diario de nuestra sociedad ?
Mis dos profesiones fueron elegidas para ayudar. Son dos ámbitos muy diferentes y a la vez, parecidos. Ambos defienden y actúan en los bienes más preciados: la salud y los derechos, cuando son vulnerados. Intentar restituir ambos cuando los hemos perdido, es una hermosísima labor que ha llenado mi vida. Muchos de mis escritos, vienen de las experiencias vividas, sobre todo en los hospitales. Así que para mí, son una fuente de inspiración para escribir. Pero ya escribía mucho antes de tener profesión alguna, ya que comencé a hacerlo cuando tenía siete u ocho años, aunque no fue hasta los doce cuando se publicó uno de mis cuentos, porque gané el primer premio en un concurso.
La cultura y la literatura, no están lo valoradas que debieran, porque no se dedican los recursos suficientes en potenciar las artes en general y la literatura en particular, tanto por las instituciones públicas, como incluso en el ámbito familiar. Creo que el interés por la lectura, no se puede delegar solo en los colegios. Los padres tenemos un compromiso en este sentido, con nuestros propios hijos desde que son pequeños. Obviamente, si leyéramos más, no ocurrirían las barbaridades que a veces vemos en las noticias del mundo, porque la cultura está en las antípodas de la violencia de todo tipo.
