Observo con cero sorpresa cómo mientras se supone que el mundo avanza, el nostálgico gobierno de Pedro Sánchez parece haberse quedado atrapado en el baúl de juguetes franquistas para definir sus prioridades: más armas, menos igualdad. Como si estuviéramos aún en los 70, cuando a los niños se les educaba para ser soldados y proteger y a las niñas para ser madres y cuidar. Han hecho un lavado de cara a su discurso, pero el trasfondo del mensaje sigue siendo el mismo: defender lo tradicionalmente masculino es más importante que la protección de lo común.
Hoy, regresamos al pasado con la noticia de que el Ministerio de Igualdad recorta un 25% el Plan Corresponsables, uno de los programas clave para apoyar a las familias y fomentar la igualdad real. ¿Será que a Pedro Sánchez y a sus coetáneos les molesta el feminismo? ¿O creen que hemos llegado demasiado lejos y necesitan abrirnos de nuevo la puerta de la cocina para bajarnos los humos?
Sea cual sea la razón, la realidad es que los millones de euros que Pedro Sánchez ha decidido destinar a la compra de armas, negociadas incluso con el Estado genocida de Israel, tienen que salir de algún sitio. Y parece que la hucha más fácil para el Gobierno es la del feminismo, la de las pensiones, la de la educación y la de la sanidad pública.
A nosotras, las feministas, se nos ocurren muchas otras “huchas” por donde podría salir el dinero: la monarquía, los toros, la Iglesia… pero no, el Ejecutivo prefiere apretar la que sostiene los derechos y avances sociales que tanto nos ha costado conseguir.
Lo que verdaderamente me asusta de esta postura es que no es solo un recorte presupuestario, es claramente una declaración política. Poco a poco va calando el discurso de que es más importarte tener armamento y recursos “para defender la patria” de una supuesta futura guerra que invertir en los programas que a día de hoy desarrollan leyes que respaldan la igualdad y los servicios públicos. Que el “nene” debe seguir jugando con pistolas —aunque sean de verdad— y la “nena” debe quedarse en el rincón de la casa, calladita y sumisa.
¿Será que el viraje a la derecha de este Gobierno no lo están dando solo sus amigos de 50 años asustados con tanto feminismo?
Ha llegado el momento de avanzar y solamente mirar al pasado para no volver a cometer los mismos errores. Es hora de legislar con la mirada puesta en un futuro más igualitario, más justo y sobre todo libre de violencias. La seguridad a un país no se la dan las armas, se la dan los servicios públicos y de calidad, y a esto, tenemos que llegar sin miedo y de manera colectiva.
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