Opinión

Las cosas del Palacio (de Diputación) van despacio

Hace ya casi seis años y medio que el socialista Martínez Chana tomó posesión como presidente de la Diputación de Cuenca. Desde entonces, se han sucedido multitud de anuncios de grandes proyectos, pero van pasando los meses y no se ven resultados tangibles en la provincia, solo estéril vanagloria.

Y eso que el contexto no podía ser más favorable para el equipo socialista: heredaban un jugoso remanente económico de los ocho años de gobierno provincial popular de Benjamín Prieto, el presupuesto se ha incrementado más de un 50% en estos años y tenían de su lado al resto de instituciones públicas de peso como el gobierno regional de García-Page y el nacional de Pedro Sánchez. ¿Y para qué ha servido? Para agotar el dinero y para responsabilizar de su incompetencia a “la lenta burocracia”.

Pero esta crítica no es un genérico brindis al sol, sino que se pueden cuantificar los fracasos y retrasos. Hagamos recuento, aunque sea extenso. Allá por 2019, Martínez Chana publicitó su gran proyecto de legislatura: un parque científico-tecnológico de economía circular en La Melgosa. Más de seis años después, el parque tecnológico sigue siendo un erial del que ni siquiera se disponen todavía todos los terrenos y tan solo la ejecución de la base de la BRIF en terrenos donados por la Diputación a todo un Ministerio -tiene narices cómo esquilman al pequeño- hace pensar en la urbanización futura de este enclave a la puerta de Los Palancares; por cierto, una ubicación que no convence ni siquiera a los técnicos de medio ambiente, que recomendaron estudiar otras ubicaciones con más ventajas. Tan notable es el fracaso que, durante la anterior legislatura, la bancada socialista lo denominaba “el parque de Chana” y ahora ya ni se atreven a mentarlo.

En aquel verano de 2019 también se anunció la construcción de dos parques de bomberos. Tras muchas quinielas y solicitudes, se ubicaron en Priego y Cañete para dar cobertura a la Serranía, pero se han olvidado de cubrir a los 45.000 vecinos de la comarca de La Mancha. Y aunque las construcciones están ejecutadas desde hace nada menos que un año y medio, siguen sin convocarse las 40 plazas de bomberos para ponerlos en marcha. ¿A qué esperan? ¿Es más importante cuadrar los plazos de la legislatura que dar la cobertura urgente que siempre han reclamado para la Serranía? ¿O son incapaces de cuadrar el alto coste estructural que supondrá la apertura de estas dos nuevas instalaciones? Por cierto, el parque auxiliar de bomberos de la capital sigue acumulando telarañas a pesar de que Chana anunció, primero, su reconversión a otro uso, y, segundo, su puesta en marcha.

Allá por 2022 también se firmó un convenio con la Junta de Comunidades para la construcción de una planta piloto de biogás con supuestos fines de investigación del Centro Nacional del Hidrógeno que se ubicaría en el parque de economía circular. Tres años después este proyecto acumula muchas prórrogas y pocas certezas salvo la de su inexistencia. Han negado por activa y por pasiva que vaya a servir para procesar los purines de las explotaciones ganaderas de la comarca, ¿alguien les cree?

Precisamente tangencial al hipotético parque tecnológico pasan las vías del tren que, hasta 2021, comunicaba Madrid y Cuenca con Valencia a través de la Alcarria y la Serranía. Martínez Chana ha sido uno de los mayores defensores de la aniquilación del único tren convencional de la provincia, ¿a cambio de qué? De unos aparcamientos y una rotonda en la capital. Pidió también usar el trazado como vía verde, pero ahora se desdice porque la misión es estéril, y rehabilitar las estaciones, algo que ya planificó Benjamín Prieto con el proyecto Serranía en Vía y que el equipo socialista es incapaz de ejecutar. Los responsables de ADIF deben estar muy satisfechos con el desmantelamiento del tren y la sumisión de la administración conquense.

En cuestión de transporte público no solo han bendecido el plan contra Cuenca que suprime el tren convencional, sino que se han puesto de perfil en el nuevo mapa concesional de carreteras impulsado por el ministro Óscar Puente, un plan que se carga de un plumazo nada menos que 51 paradas en 45 municipios de la provincia en el eje Madrid-Valencia, ¡menuda lucha contra la despoblación! Y en este sentido, también se ponen de perfil en la reivindicación de las ayudas al funcionamiento impulsadas por la red SSPA rechazando mociones en Diputación y presumiendo de que están ya en marcha gracias a Sánchez (en un porcentaje ínfimo).

En cuestión de atracción industrial, Chana presumió que su plan provincial de desarrollo industrial iba a ser la prioridad de la legislatura 2023-2027. Dos años y medio después no se ha realizado absolutamente ninguna inversión para crear, mejorar o dotar el suelo industrial de los municipios de la provincia. El presupuesto se queda sin ejecutar, el suelo sin calificar y las urbanizaciones sin ejecutar. Mientras tanto, y de forma paradójica, el colapso de las redes de suministro eléctrico ahoga a una provincia sin apenas industria; es más, Chana se concedió a sí mismo una ayuda de 180.000 euros para dotar de suministro eléctrico el polígono industrial de su pueblo y cuatro años después sigue sin haber invertido ese dinero (y ya lleva unas cuantas prórrogas).

También al comienzo de esta segunda legislatura, el gobierno socialista inició los trámites para un proyecto muy ambicioso: la gestión integral del ciclo del agua para todos los pueblos de la provincia interesados en delegar esta competencia. Alrededor de un centenar de municipios mostraron su disposición a ceder la gestión de la red de agua potable dado que supone un quebradero de cabeza, sobre todo para pueblos con pocos recursos. Dos años después no hay noticias de esta iniciativa que ilusionó a muchos alcaldes y que podría permitir, si se hace bien, un ahorro económico y de consumo de agua en todos los pueblos. Pero, de momento, otra oportunidad perdida.

En sanidad, aunque no es competencia provincial, hace casi dos años Chana anunció a bombo y platillo la firma de un convenio con la Junta para la construcción de helipuertos para transporte sanitario en diferentes municipios de la provincia. “El guante que lancé a la Junta se va a convertir en realidad”, dijo. Pero el guante se ha quedado flotando en el limbo.

También prometió, allá por febrero de 2023, un nuevo albergue de animales en Arcas para alejar este servicio provincial del nuevo hospital. Iban a ser “unas instalaciones modernas y sostenibles”. Y en adjetivos se ha quedado el proyecto tres años después.

En inversión municipal, se mantiene un plan de obras y servicios congelado en cifras desde 2019 a pesar de la inflación, del mayor presupuesto provincial y de tratarse del único programa anual de inversiones para todos los pueblos. Esta circunstancia es muy gravosa y denota un grave desprecio del gobierno socialista hacia los pueblos que tiene el deber de defender y desarrollar. En realidad, esta congelación es la piedra angular de la política socialista conquense: relegar lo imprescindible para priorizar lo superfluo con fines electoralistas.

La inversión en mejora de caminos rurales también ha sido escasa. A pesar de que habitualmente se firmaba un convenio de colaboración con la Junta para poder abordar la mejora de caminos por importe millonario en todos los municipios, Chana ha sido incapaz en todos estos años de replicar ese convenio y tan solo convocó ayudas en 2022 con fondos propios a pesar de ser este ámbito uno de los más relevantes para los pueblos de la provincia por su carácter agrícola y ganadero.

Y es que la sumisión a la Junta es excesivamente sonrojante. No solo por la desidia en la colaboración para el arreglo de caminos rurales, sino que la Junta retiró el apoyo económico a la residencia provincial de mayores (“la Bene”) y ahora la Diputación tiene que asumir ese millón de euros anual. Otros ejemplos recientes son el programa de comida a domicilio, que se financiaba mediante convenio y del que ahora la Junta se desvincula para que tenga que asumirlo la Diputación en exclusiva, o el plan corresponsables, que va a cofinanciar la Diputación desde 2026. O el ejemplo más sangrante del abandono de ambas instituciones de la construcción de la residencia de mayores de Beteta, paralizada desde hace años.

En un ámbito muy diferente, la gestión de residuos, el panorama no es más halagüeño. La nueva planta de residuos sólidos urbanos tantas veces prometida sigue siendo un papel endeble, las buenas intenciones para mejorar la gestión de los puntos limpios una gran molestia sin atender pese a los desvelos de los alcaldes, la renovación del contrato de gestión de residuos sin resolver a pesar de que era evidente que expiraba el contrato de 20 años y lleva casi un año cumplido, subvenciones perdidas de fondos europeos para proyectos de biorresiduos, etc. Eso sí, ha habido tiempo para incrementar la tasa de recogida de basuras que pagan todos los vecinos de la provincia y para implementar el impuesto de residuos que encarece el tratamiento de cada tonelada a más del doble de dinero.

Tampoco en materia turística puede presumir el gobierno de Chana. Más allá de un caro programa de conciertos veraniegos orientado a contentar a los afines (entradas gratis y sedes a la carta socialista), la realidad es que en más de seis años no han sido capaces de ejecutar las hospederías que ya estaban planificadas en 2019 como el balneario de Yémeda o la hospedería de San Clemente. La hospedería de Huete avanza despacio, pero con fondos propios dado que su incompetencia provocó que se perdiesen los fondos europeos logrados para su construcción. Y no solo en alojamientos, sino que, en general, las inversiones han escaseado en conservación del patrimonio histórico y, las pocas que han sido, sectarias y de escasa entidad. Mientras tanto, el museo de los epígrafes de Segóbriga sigue en el purgatorio, como los conventos dominicos de Huete, Villaescusa de Haro y Carboneras. Desde el inicio se comprometieron a crear una mesa provincial de turismo -hay notas de prensa al respecto-, pero todavía sigue en espera un sector que tiene mucho que ofrecer si se crean las sinergias necesarias.

Eso sí, no todas las cosas de palacio van despacio. Hay que reconocer que no todo son retrasos, incompetencia y proyectos de papel mojado. Por ejemplo, el BMW que licitó por 90.000 euros para su uso oficial fue rápido y eficaz. Y en materia de gestión de personal, Chana y su equipo de gobierno se mueven con celeridad para acomodar puestos de trabajo a afines, para contratar a familiares o cargos públicos socialistas, para incrementar el salario de los fieles y para reorganizar servicios a su antojo. Pareciese que toda su energía se concentrase en atender las necesidades de los suyos y no en mejorar el bienestar de los conquenses ni el desarrollo de todos los pueblos que conforman esta provincia. De momento, ya van seis años y medio perdidos.

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