Opinión

De San Clemente a Villanueva de los Infantes por las Lagunas del Sistema

Desde la Mancha conquense sale una de las rutas ecoturísticas de Don Quijote de la Mancha. En concreto la que une San Clemente con Villanueva de los Infantes atravesando las Lagunas de Ruidera. Es un camino de belleza natural que serpentea entre parajes de novela, justo en el corazón de La Mancha. Pero hoy, ese sendero puede leerse como metáfora del tortuoso camino que atraviesa quien busca una vivienda digna en la España rural. Un camino lleno de obstáculos legales, trampas contractuales y, sobre todo, lagunas: las del sistema.

Una investigación de la Universidad Complutense de Madrid, sitúa a Villanueva de los Infantes como “el lugar de la Mancha” de Don Quijote. En esta villa cervantina, los nuevos molinos no son gigantes, sino rentistas y especuladores que nos hacen más difícil la existencia. Hace poco, me encontré con un anuncio en Idealista para alquilar una vivienda. Contacté con el propietario y tras concertar una cita me ofreció un contrato de alquiler para revisarlo y firmar más tarde. Cuál fue mi sorpresa cuando ya en casa, me percaté de que había incluido una cláusula que exigía al inquilino lo siguiente: “la parte arrendataria manifiesta no encontrarse ni él ni su unidad familiar en situación de vulnerabilidad económica y/o social a la fecha de la firma del presente documento, resultando este motivo esencial para que la parte arrendadora acepte ceder en arrendamiento el inmueble objeto del presente contrato”. Así, sin matices.

Tras leer el contrato, pasé de un estado de incredulidad a uno de indignación que me llevó a enviar un mensaje al propietario rechazando la firma de ese contrato. De esto ya hace unas semanas y ya se publicó un artículo de opinión en un medio conquense, del que más tarde se haría eco el Colegio de Trabajo Social de Castilla la Mancha. Pero no pienso quedarme ahí. Mi próximo paso será presentar una reclamación ante el Defensor del Pueblo contra la dejadez de administraciones públicas como la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que tiene las competencias en vivienda y permite que se estén dando estos casos en nuestra comunidad autónoma. Pediré que legislen y sancionen estas prácticas, que vulneran derechos básicos y alimentan la exclusión social en nuestros pueblos. Una administración que mira hacia otro lado mientras se pisotea el artículo 47 de la Constitución Española, que garantiza el derecho a una vivienda digna. Y también el artículo 14, que prohíbe toda discriminación por circunstancias personales o sociales. Y por supuesto el artículo 9.2 que obliga a las instituciones a actuar contra estas situaciones de discriminación.

Porque no hablamos solo de un caso aislado, sino de un síntoma de algo más profundo. De un mercado del alquiler desregulado, injusto y cada vez más hostil para quienes no encajan en el perfil económico, social o incluso en algunos casos más graves, lo que se ven son comportamientos claramente racistas y xenófobos por los propietarios. Pese a que la Ley 15/2022, integral para la igualdad de trato, es aún más clara: en el acceso a la vivienda, como en otros bienes y servicios, no se puede establecer ningún criterio que discrimine de forma directa o indirecta. Y sin embargo, en los contratos de alquiler, siguen apareciendo cláusulas como esta, que convierten a los más necesitados en ciudadanos de segunda. Hoy en día podemos acceder a modelos de contrato que se encuentran en internet donde se

ofrecen servicios de asesoría para implantar estas cláusulas y mediar en caso de denuncia a las mismas.

En un pueblo que se enorgullece de su vínculo con Don Quijote, resulta más necesario que nunca recordar su mensaje, por lo que también se hace un llamamiento a las autoridades locales para que no permitan que estos rentistas, ensucien el nombre de su villa. Hoy, los molinos son otros: plataformas inmobiliarias, propietarios abusivos y normas opacas. Y los gigantes contra los que luchar no solo tienen forma de hormigón, sino de burocracia, de especulación y de indiferencia institucional.

Desde San Clemente hasta Villanueva, pasando por las lagunas —las naturales y las legales— se traza el mapa de la discriminación por razones sociales que no debemos permitir. Una ruta que no aparece en las guías de senderismo, pero que muchos recorremos cada vez que intentamos alquilar un techo sin ser juzgados por nuestra situación. Pero callarnos o mirar a otro lado, no es una opción. Porque no, Sancho. No son molinos. Son rentistas.

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