Cultura

La Virgen de la Luz recorre Cuenca en compañía de sus fieles bajo un cielo encapotado

Como cada primero de junio, la Virgen de la Luz ha tomado las calles de Cuenca para salir al encuentro de sus fieles. Lo ha hecho bajo un cielo encapotado, pero las nubes han guardado su lluvia para luego y han cumplido con la misión de proteger del calor a los banceros de la hermandad.

La procesión de la Virgen de la Luz ha comenzado a las diez de la mañana, con suma puntualidad, desde la iglesia de San Antón que lleva su nombre, punto donde se ha congregado un mayor número de personas en un desfile que se desarrolla en un puente que muy pocos conquenses han perdonado. La patrona ha cruzado el paso del Júcar con solemnidad, dejándose guiar por la música de la Banda Municipal de Música de Cuenca.

La Virgen de la Luz ha estado acompañada durante todo el recorrido por un buen número de feligreses que lucían en el cuello un pañuelo azul con la imagen de la patrona bordada. También formaban parte de la comitiva algunos miembros de la Corporación Municipal, entre ellos el recién reelegido alcalde, Darío Dolz, que portaba el bastón de mando que, si no hay sorpresa, seguirá llevan los próximos cuatro años.

Entre rezos y canciones, la Virgen de la Luz se ha adentrado por el Casco Antiguo de Cuenca y ha sido recibida con una lluvia de pétalos de flores por las carmelitas a su paso por Palafox. La temperatura agradable ha facilitado el trabajo de los banceros en esta pequeña subida que culminaba con el siempre laborioso giro en la calle del Peso.

Ya en el barrio del Salvador, las campanas han brindado como detalle de bienvenida a la patrona, que ha iniciado su descenso hasta la puerta de Valencia. La imagen de la virgen ha recorrido el centro de la ciudad antes de regresar a San Antón.

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