Cultura

La obra de Salvador Victoria enriquece la colección de la Fundación Antonio Pérez

“Creo que el año pasado fuimos muy buenos y por eso los Reyes Magos, en este caso una Reina Maga, nos han traído un regalo maravilloso en forma de donación de un cuadro maravilloso de Salvador Victoria”. Con estas palabras ha dado la bienvenida Jesús Carrascosa, director de la Fundación Antonio Pérez a la obra del artista turolense que se incorpora a los fondos del museo de la Ronda Julián Romero gracias a la generosidad de su viuda, Marie-Claire Decay.

Se trata de una óleo sobre lienzo sin título del año 1961 que Decay considera que “está en el sitio donde tiene que estar”. Se trata de un cuadro pintado en la época de París en unos años “en los que Cuenca empieza a ser un centro cultural muy de vanguardia” y le parece oportuno que este trabajo comparta espacio con otros de aquellos años.

El crítico Antonio de la Torre, que trabaja junto a la Fundación Antonio Pérez en un proyecto sobre La obra de Victoria, recuerda que Salvador Victoria es uno de los artistas que forman parte de la emblemática fotografía de la inauguración del Museo de Arte Abstracto Español que hoy se puede ver en la entrada del restaurante. Fernando Zóbel le retrató en varias ocasiones y tuvo un estudio en la calle Alfonso VIII en la década de los sesenta.

De la Torre apunta que Salvador Victoria pintó en el año 1965 un cuadro de homenaje a Cuenca y años más tarde, en 1988, escribió un artículo sobre las luces del museo “que hablaba sobre la revolución que había supuesto la presencia de los artistas abstractos en la ciudad”, una idea en la que insistió poco después en un artículo sobre los artistas de la generación de los sesenta.

Salvador Victoria falleció joven, en el año 1994, antes de la creación de la Fundación Antonio Pérez que ahora recibe un trocito de su legado. El informalista fue incluido entre los artistas incluidos en una exposición que llegó en el año 2004 al Centro Cultural de la Villa, en Madrid, con el título ‘La poética de Cuenca’.

Respecto a la obra que ahora se puede ver en la Fundación Antonio Pérez, observa De la Torre que es un cuadro que guarda “aire de París” elaborado con materiales de Sennelier, proveedor de los pintores impresionistas y Picasso. “Sesenta años después de Cézanne, Salvador fue a la calle Voltaire a comprar este lienzo y este bastidor y quizás se cruzó, antes o después, con Picasso”.

El cuadro pudo verse en una exposición antológica de Salvador Victoria en la Lonja de Zaragoza en el año 1984. También estuvo en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid y en la Universidad Politécnica de Valencia.

De la Torre coincide con los críticos de la época en que el informalismo de Salvador Victoria “era un informalismo no bravo, que se desmarcaba de las corrientes trágicas que a veces funcionaban incluso en exceso en el arte español para instalarse en un contexto de plena contemporaneidad. Adivinó las corrientes geométricas que llegarían en los setenta y su obra es una de las más hermosas y extraterritoriales de las que han sucedido en la historia del arte de España”.

En la presentación del cuadro también ha estado presente la diputada de Cultura, Fátima García, que subraya la labor de Alfonso de la Torre para facilitar al museo contactos artísticos como Marie-Claire Decay y el trabajo que se está haciendo para estrechar lazos para conseguir artistas de vanguardia “y que este museo mantenga el prestigio que tiene”.

García anima, por otro lado, a visitar el museo dedicado a Salvador Victoria que está situado en su pueblo natal, Rubielos de Mora.

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