Opinión

El tren es indispensable para fijar población

Fernando Casas

La Constitución española como norma suprema del Estado, garantiza nuestra convivencia democrática, dentro un orden económico y social justo. En estos tiempos en los que la desigualdad, la pobreza y la exclusión no paran de crecer, interesa subrayar que la ley fundamental configura al Estado español como social, lo que exige la intervención de los poderes públicos, para que se pueda lograr una igualdad real. La acción del Estado está contemplada en el artículo 9.2 de la Constitución, según el cual “corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad de los individuos y grupos … sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica cultural y social “.   

Cuarenta y cuatro años después de la aprobación de la Constitución, la ciudadanía de la provincia de Cuenca se podría preguntar: ¿hasta qué punto en nuestro territorio los poderes públicos promueven las condiciones para que exista una mayor igualdad? Lamentablemente, hay serias dudas de que esta norma de la Constitución impregne las políticas que afectan a la provincia. Un ejemplo es el cierre del tren Madrid-Cuenca-Valencia, en vísperas de que el viaje en ferrocarril sea gratuito ¿alguien cree que esta política promueve las condiciones o remueve los obstáculospara que la igualdad de los pueblos de la provincia sea real y efectiva? La clausura del tren recuerda la Modesta proposición, que realizó Jonathan Swift, (1729) para evitar que los niños de la gente pobre de Irlanda se conviertan en una carga para sus padres o para el país.   

Si de verdad los poderes públicos, central y autonómico, hubieran adoptado políticas para conseguir mayores cotas de igualdad material, la ciudadanía que reside en los pueblos de la provincia de Cuenca tendría derecho a “elegir libremente la residencia”, como establece el artículo 19.1 de la Constitución. Sin embargo, las personas nacidas en demasiados pueblos de la provincia de Cuenca, están privadas de este derecho fundamental. ¿Por qué no disfrutan de este derecho? Porque las difíciles condiciones sociales, económicas, sanitarias, educativas, culturales, laborales y de ocio en que discurre su vida, no les ha permitido elegir con libertad quedarse y se han visto obligadas, en contra de su voluntad, a abandonar su lugar de residencia, para irse a vivir a otro lugar. Como consecuencia de este drama, miles de personas empujadas por la necesidad se han visto expulsadas de su tierra ocasionando despoblación.  

La despoblación se ha expandido en silencio durante cuatro décadas, sin que ningún Gobierno la prestara la debida atención. Según la Red de Áreas Escasamente Pobladas del sur de Europa, la provincia de Cuenca se encuentra en una situación tan crítica, que están en riesgo de desaparición muchos municipios de la provincia. La Junta de Castilla-La Mancha en un informe titulado “La Estrategia Regional contra la Despoblación” (noviembre 2020) señalaba en el capítulo de las infraestructuras lo siguiente: “en cuanto a las líneas de ferrocarril convencional, estas tienen parada en numerosos núcleos rurales de la región, por lo que el mantenimiento y mejora de la infraestructura y los servicios ferroviarios es indispensable para fijar población”. Estas palabras que se leen en la página 98, se repiten, literalmente, en la página 112, para que no quede la menor duda.   

Pues bien, compartimos plenamente esta recomendación de “La Estrategia Regional contra la Despoblación” de que es indispensable el mantenimiento y mejora del ferrocarril, para dar respuesta a la despoblación. También compartimos el planteamiento que expuso el presidente, Emiliano García-Page, en su discurso de investidura en julio de 2019, cuando afirmó “nosotros no somos competentes en líneas de ferrocarril, pero sí exigentes”; añadiendo que era necesario renovar “todas las vías, para que nadie entre en conflicto ni en agravio…”. Convencidos de que el tren es indispensable para fijar población, vamos a persistir en la estrategia que expuso García-Page de “pelear a muerte para evitar el cierre de líneas de tren convencional en Castilla-La Mancha”. Así que el martes día 13, a las 18 horas, reanudaremos los plantes en la Estación de Cuenca, para exigir la renovación y el restablecimiento del ferrocarril.

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