Opinión

Luchemos por evitar el cierre de la línea del ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia

El momento de la ciudadanía ha llegado. Es nuestro deber cívico manifestarnos en defensa del ferrocarril. El día 27 de marzo debemos actuar, siguiendo las indicaciones dadas por Emiliano García-Page, que cuando estaba en la oposición declaró: “vamos a pelear a muerte por evitar el cierre de líneas de tren convencional en Castilla-La Mancha”.   

Debemos defender las políticas europeas, que recomendaron en el Año Europeo del Ferrocarril 2021, impulsar el tren convencional, por ser un medio de transporte que fomenta la cohesión, eficiente, seguro y sostenible. Defendamos la postura de las instituciones europeas (desde el Parlamento Europeo hasta el Tribunal de Cuentas) que se han declarado partidarias de la mejora del ferrocarril convencional. 

Debemos exigir que se respeten las Directrices de la Comisión Europea sobre ayudas regionales, válidas para el período 2022-2027, en las que se identifica a Cuenca como la zona más desfavorecida de la región (zona “a”) porque se enfrenta a retos estructurales, como la despoblación. 

Debemos reivindicar ante la comunidad de Castilla-La Mancha para que, de forma prioritaria, utilice los fondos europeos en corregir los desequilibrios económicos y sociales de Cuenca, no mediante la destrucción de la línea del ferrocarril.  

Debemos luchar para que no nos engañen mediante una decisión despótica, considerando que la decisión de supresión de la línea, que adoptan los dirigentes del PSOE, no figuraba en ninguno de los programas presentados por el partido, a las elecciones para el parlamento estatal, de la comunidad autónoma y los municipios. 

Debemos dejar claro que el voto a los representantes del PSOE, que gobiernan el Estado, la Junta, la Diputación de Cuenca y el Ayuntamiento, no les legitima para, abusando de su poder, desmantelar la línea de ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia.  

Consideramos que el ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia es vital para la vertebración y la fijación de la población del territorio y fundamental, para mantener viva la esperanza de crecimiento con el tren (como dijo Martínez Guijarro en las Cortes, defendiendo la línea Hellín-Cartagena).  

Todos tenemos que manifestarnos, para exigir a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que utilice una parte de los 8.830 millones de euros de los fondos europeos, en corregir los desequilibrios económicos y sociales, de forma prioritaria en la única zona “a” de Castilla-La Mancha, que es la de Cuenca, mediante una inversión en la mejora de la línea de ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia.  

Si permitimos que el gobierno del PSOE -estatal, regional, provincial y local-, en vez de invertir en la modernización del ferrocarril, una parte de los cuantiosos fondos europeos, promueva la destrucción de nuestro valioso patrimonio ferroviario, valorado en más de 1000 millones de euros, estaríamos siendo cómplices de una política indecente y catastrófica.  

La ciudadanía conquense tiene la responsabilidad de intervenir, para defender la riqueza y los servicios esenciales del sector público. No debemos admitir que los servidores públicos, de nuestro estado democrático, vulnerando nuestros derechos, nos engañen y promuevan la destrucción y el despilfarro de unos servicios públicos, que simbolizan el esfuerzo de generaciones pasadas y son parte de nuestra riqueza futura.  

Debemos decir no, a una política injusta y despreciable contra la provincia de Cuenca, que se ha adoptado impidiendo la participación, sin tener en cuenta la opinión de la ciudadanía. Una política que degrada la democracia, desprecia nuestra dignidad y vulnera los derechos y servicios públicos del Estado del bienestar en Cuenca.   

Estoy convencido de que la ciudadanía de la provincia de Cuenca saldrá a la calle, para exigir al gobierno del PSOE que atienda de verdad los intereses de Cuenca. Tenemos que actuar con coraje y rebeldía cívica, en defensa del ferrocarril. No debemos aceptar trueques ponzoñosos, sacrificando el futuro de la provincia. Acudamos a la manifestación, sin miedo, para que se oiga fuerte y claro que rechazamos el chantaje propuesto por el poder en su plan contra Cuenca.