Cultura

Una guía de andar para amar a Cuenca

El salón de actos del Centro Cultural Aguirre fue el escenario de la presentación oficial de la Guía Práctica de Cuenca y su Catedral de Víctor Huerta, con la presencia de personalidades vinculadas al mundo de la cultura y familiares del autor, guía turístico conquense con casi 40 años de servicio a sus espaldas. Entre los asistentes también se encontraba el editor de la publicación, Santiago Catalá, de la editorial Alfonsípolis y el director de la Catedral, Miguel Ángel Albares, que firma el prólogo de un libro cuyo núcleo central es precisamente la belleza artística del templo conquense.

La introducción corrió a cargo el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cuenca, Miguel Ángel Valero, que alabó la aportación de Huerta desde su experiencia profesional como guía; mientras que la labor de presentación del acto fue para Miguel Romero, cronista oficial de Cuenca, que incidió en cómo el autor de esta obra ha sabido detectar “esos aspectos curiosos y singulares que la gente quiere leer”.

Romero repasó guías históricas que se han hecho de Cuenca, firmadas por autores de la talla de Odón de Buen y Federico Muelas, “pero no se había hecho una guía de andar, de llevar en la mano” y tratada en un lenguaje coloquial, más propio de un profesional del turismo que de un académico.

Ha subrayado también el cronista cómo se cuentan detalles de la Catedral en función de los obispos que mandaban en la época y cómo se detiene la guía en todos y cada uno de los artistas que han dejado su impronta en el monumento más importante de Cuenca. “Es un desarrollo minucioso pero de lectura fácil”, insistió Romero.

Finalmente, tomó la palabra Víctor Huerta, que relató que este proyecto se gestó como un encargo de la asociación Cuenca Abstracta. El autor comentó que una de las cosas más bellas que le han dicho de este trabajo es que el lector “escucha su voz”, la del guía que es capaz de dedicar dos horas a desmenuzar el ingente arte que desborda la Catedral conquense.

“La idea es que todos los visitantes tengan un trocito nuestro, que se acuerden de Cuenca en sus ciudades”, apuntó un Huerta que incidió en que esta es también una guía para los conquenses, “para aprender a amar esta ciudad”.

“A veces en Cuenca nos limitamos a tener dos experiencias gloriosas, que son la Semana Santa y La Vaquilla, pero esta ciudad es es tomar un vino en la taberna del Tío Riau o dar un paseo por la Guindalera de San Antón”, comentó este guía turístico de Cuenca, que a pesar de estar jubilado sigue pensando en nuevos proyectos para seguir dando a conocer esta ciudad que lo vio nacer.











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