La 14ª Carrera Solidaria por la Infancia convirtió este domingo la Plaza de España de Cuenca en una gran fiesta infantil, animada por la música en directo de la mini charanga Betty Boop —formada por niñas y niños de entre 5 y 14 años—, además de las tradicionales actividades infantiles como pintacaras y talleres de chapas. Más de medio millar de personas se sumaron a esta cita solidaria organizada por Cruz Roja, que volvió a tener en la infancia a sus grandes protagonistas. En total, se inscribieron 572 personas y se vendieron 28 pañuelos solidarios para mascotas, que también tuvieron su espacio en esta jornada participativa y festiva.
La carrera ha mantenido el formato de años anteriores, con dos recorridos: uno de 1,8 kilómetros, especialmente diseñado para los más pequeños, y otro de 5 kilómetros, que atravesó algunas de las principales calles del centro de Cuenca.
Uno de los momentos más emotivos fue la salida del recorrido infantil, en la que participaron 272 menores. Este tramo fue inaugurado por las embajadoras de esta edición, el grupo de Marcha Nórdica, formado por mujeres que han superado el cáncer y que representan un ejemplo de cómo el deporte puede contribuir al bienestar físico y emocional.
El pistoletazo de salida de ambos recorridos fue dado por Juan, el zancudo, una figura muy celebrada por el público infantil, que aportó simpatía y altura al evento desde primera hora.
Una de las novedades más destacadas de este año fue la participación de la mini charanga infantil Betty Boop de Minglanilla, formada por 16 niñas y niños de entre 5 y 14 años, que llenó de música, ritmo y entusiasmo cada rincón de la jornada. Su actuación fue, sin duda, uno de los elementos más valorados del día por familias y participantes.
También como novedad, varias mascotas acompañaron a sus dueños durante la carrera, luciendo el pañuelo diseñado especialmente para esta edición, del que se vendieron 28 unidades. Un gesto para las personas que, cada vez en mayor número, participan en el recorrido acompañadas por sus mascotas.
La jornada contó además con diversas actividades paralelas organizadas por Cruz Roja Juventud, como el tradicional pintacaras y el taller de chapas, así como con la presencia de la ya tradicional mascota de la carrera: un corazón en movimiento por la infancia, encarnado por una voluntaria de la organización. La mañana concluyó con un bingo solidario, en el que se sortearon dos jamones cedidos por Incarlopsa y un lote de corredor con gafas deportivas donadas por 4K.
La organización de la carrera ha sido posible gracias al compromiso de cerca de un centenar de personas voluntarias, administraciones públicas, organizaciones y empresas que respaldaron, un año más, esta iniciativa solidaria.
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