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El Taller de Restauración de la Diputación de Cuenca restaura la imagen de la Virgen del Rosario de San Pedro de Palmiches

El Taller de Restauración de la Diputación Provincial de Cuenca ha trabajado durante seis meses para la rehabilitación de la imagen de la Virgen del Rosario del siglo XVIII del municipio de San Pedro de Palmiches.

Las técnicos del taller Ana Conesa y Cristina Checa participaron del proceso de entrega de la imagen junto con el concejal, Carlos Orbis, y vecinos y vecinas del municipio que han podido comprobar el buen trabajo realizado por las restauradoras. Se trata de una imagen procesional de la Virgen del Rosario datada en el siglo XVIII y estilo barroco, ubicada en un retablo lateral de la iglesia de San Pedro Ad Víncula del municipio de San Pedro de Palmiches en Cuenca.

El estado de conservación era bueno en general, localizándose como alteraciones suciedad superficial, barniz oxidado, pérdidas puntuales de policromía, gotas de cera y grietas correspondientes a fendas de secado de la madera.

La restauración ha consistido en la realización de estudios previos con análisis químicos para identificar materiales, técnicas y estado de conservación, limpieza química para eliminar el barniz oxidado y repintes, sellado de grietas, estucado y reintegración cromática.

Este proceso se ha realizado de diciembre de 2024 a junio de 2025 en el Taller de Restauración de la Diputación Provincial de Cuenca y por la restauradora del centro Cristina Checa Martínez.

La Virgen sujeta al niño con el brazo izquierdo con expresión solemne y pose manierista. El niño tiene una expresión más desenfadada, más sonriente y juguetón, pero no hay comunicación directa entre ellos porque ambos miran al frente. Sobre todo destaca el elaborado trabajo de policromía en el que se han utilizado técnicas variadas como carnaciones a pulimento típica del s. XVIII español, la punta de pincel y esgrafiados para la realización de la profusa decoración de flores del manto, así como distintas técnicas de dorado: al agua con decoración de picado de lustre en las cenefas y a punta de pincel con oro al barniz en el paño de pureza del niño. Tanto la Virgen como el niño tienen ojos de vidrio pintado con óleo, un postizo también muy típico del barroco.

Se la identifica fácilmente como Virgen del Rosario por los colores de la túnica y manto (roja y azul), por el rosario pintado del cuello, y por la repetición como motivo decorativo en las ropas de las tres rosas que aluden a los tres misterios gloriosos.

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