Opinión

La oposición de la oposición

En los últimos días hemos visto cómo el PSOE intenta desviar la atención acusando a la oposición de “desprestigiar” nuestra ciudad. Nada más lejos de la realidad. Quienes verdaderamente dañan la imagen de Cuenca son aquellos que mienten de forma sistemática y gestionan con tal dejadez que el abandono se percibe en cada rincón.

 No es desprestigiar exigir transparencia sobre proyectos que se anuncian a bombo y platillo y nunca se cumplen. No es desprestigiar denunciar que el Mercado sigue siendo una promesa vacía, que los barrios continúan esperando las mejoras prometidas, o que la ciudad carece de una planificación seria para atraer inversión y empleo estable.

No podemos ni debemos normalizar esta situación, que se prolonga ya demasiado tiempo. Y precisamente esa es la labor de la oposición: señalar las carencias del equipo de Gobierno en su obligación de cuidar e impulsar la ciudad, ser el altavoz de los conquenses y recoger las demandas de los ciudadanos, haciendo una oposición constructiva, pero también contundente, como prometimos en el mismísimo Pleno de Investidura.

El PSOE presume mientras olvida lo esencial: una ciudad limpia, segura y con servicios que funcionen. Las fotos y los titulares no tapan la realidad: calles deterioradas, falta de mantenimiento, proyectos paralizados y una gestión que vive más de la propaganda que de los hechos.

Dime de qué presumes y te diré de qué careces. El equipo de Gobierno debería dedicarse a gobernar y no a señalar a una oposición que cumple su función fiscalizando la acción —o, en este caso, la inacción— de quienes se pierden entre papeles y plazos, no asumen responsabilidades y convierten los titulares en fuegos de artificio. Promesas que, lejos de cumplirse, terminan siendo armas arrojadizas que cualquiera que siga la política local —como es el caso de la oposición— puede utilizar en su contra. Es muy fácil cumplir con nuestra parte cuando ellos mismos nos lo ponen tan sencillo con la manera en que están haciendo la suya.

Cuenca merece respeto, trabajo y compromiso. Y eso no se logra con discursos triunfalistas ni con ataques personales, sino con hechos. Defender Cuenca no es callar ante la dejadez; es exigir que se gobierne con responsabilidad y pensando en los ciudadanos, no en la foto del día.

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Álvaro Barambio es portavoz y concejal del Grupo Municipal Popular de Cuenca

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